¿Conoces a alguien que sufre por la bebida de otra persona?

No estás solo(a). En Al‑Anon puedes encontrar comprensión, apoyo y una nueva forma de vivir, sin importar cómo se comporte la persona alcohólica.

Comprensión sin juicio

Compartimos nuestras experiencias personales, sin críticas ni consejos. Aquí nadie te dirá qué hacer, pero todos te escucharán.

Reuniones continuas y gratuitas

Puedes asistir a tantas reuniones como necesites. Son confidenciales, sin costo y abiertas a cualquier persona afectada por el alcoholismo de alguien más.

Recuperación emocional

Aprenderás a cuidar de ti mismo(a), a establecer límites saludables y a recuperar tu paz interior, incluso si la persona alcohólica no cambia.

Herramientas prácticas

Usamos los Doce Pasos, lecturas diarias y literatura aprobada para ayudarnos a encontrar claridad y dirección.

Comunidad que entiende

Conectarás con personas que han pasado por situaciones similares. En Al‑Anon no tienes que explicar tanto: aquí te entienden.

Libertad sin culpa

Descubrirás que no eres responsable por el comportamiento de otra persona. Aprenderás a soltar con amor y sin sentir culpa.

¿Por qué acercarte a Al‑Anon?

Cada una de estas razones refleja experiencias reales de quienes hoy viven con mayor paz y claridad emocional.

¿Por qué acercarte a Al‑Anon?

¿Sientes que has perdido el control?

Estás cansado(a) de intentar cambiar a la persona que bebe sin lograrlo. En Al‑Anon descubrirás cómo recuperar tu vida.

¿Quieres dejar de vivir en angustia?

Vivir con alguien que tiene problemas con el alcohol genera ansiedad y miedo. En Al‑Anon aprenderás a encontrar serenidad.

¿Buscas un lugar seguro para hablar?

Al‑Anon es un espacio confidencial, sin juicios. Puedes compartir o simplemente escuchar. Nadie te presiona.

Oficiales de Servicio

Oficina Intergrupal Hispana de Al-Anon del Sur del California

Josefa

Presidente

Leticia

Vice Presidente

Petra

Tesorera

Laura

Secretaria

Historias de personas como tú

Testimonios reales de quienes encontraron serenidad, comprensión y libertad emocional en Al‑Anon.

Mi hermano mayor empezó a beber demasiado después de perder su trabajo. Yo lo admiraba, pero su actitud cambió: mentías, llegaba tarde y discutía con mis padres. En Al-Anon aprendí que no era mi culpa y que no podía controlar sus decisiones. Hoy pongo límites, me enfoco en mis estudios y he recuperado la paz. Ya no vivo angustiada por lo que él haga o deje de hacer..

Sofia Rodríguez

Mi esposa era funcional en su trabajo, pero en casa el alcohol la consumía. Negaba el problema y yo cubría sus faltas, hasta que mi salud emocional se derrumbó. En Al-Anon entendí que no era mi rol ‘rescatarla’. Con apoyo, aprendí a comunicarme sin culparla y a buscar terapia para mí. Ella aún no pide ayuda, pero yo ya no permito que su adicción destruya mi vida.

Alejandro Pérez

Mi hijo de 19 años mezcla marihuana con pastillas. Lo internamos dos veces, pero recaía. En Al-Anon descubrí que mi ‘ayuda’ (darle dinero o excusarlo) lo habilitaba. Aprendí el verdadero amor: decir ‘no’ y dejar que enfrentara las consecuencias. Hoy asisto a reuniones semanales y, aunque la situación duele, tengo herramientas para no descuidar mi negocio ni a mi familia.

Jose Morales
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